Coexistir: un paso hacia el mejoramiento económico

Por S. Vázquez

El pueblo, la gente, es la que día a día construye la cultura que define las características más distintivas de una comunidad, de una ciudad, de un país. Por la necesidad de adaptación y crecimiento, en todas partes del mundo la gente crea y busca alternativas para ajustarse y sobrevivir dentro de las circunstancias que lo rodean.

Nunca tuve en mis planes mudarme a otro país y menos a los Estados Unidos, tenía una perspectiva limitada de la vida en dicho país. Aunque hay cosas en la cultura de los Estados Unidos que no resuenan en mí, hay cosas positivas y dignas de ser replicadas en otros países, así como también, creo que hay espacio para que en este país se repliquen cosas positivas de otros países.

Hay una amplia gama de personas de diferentes nacionalidades que viven a lo largo y ancho de los Estados Unidos compartiendo de alguna u otra forma el espacio, aunque en algunos lugares todavía la coexistencia enfrenta retos. Hay mucho por hacer en un país que aún tiene ideas obsoletas que limitan el crecimiento espiritual, social y el desarrollo económico sustentable ambientalmente. Desafortunadamente, esto sucede en todo del mundo. A pesar de todo, se ven avances, aunque lentos, nos motivan para seguir tratando de mejorar nuestra coexistencia con otros y con el ambiente que nos rodea.

El racismo, no es exclusivo de los Estado Unidos, es una enfermedad del espíritu, como lo dijo el señor Rubén Blades en algún momento. El clasicismo, descriminación, y racismo son la mayor pandemia que la humanidad vive y que se ha propagado a través del tiempo y por generaciones, y aunque lentamente, seguimos avanzando en su eliminación. Muchos olvidan que como humanidad hemos llegado a positivos grados de civilidad gracias a aquellos ancestros que pensaron en compartir la pesca y la cosecha del día en lugar de esconderla. Aquellos entendieron que, compartiendo, se puede trabajar juntos y ser más fuertes.

El ejercicio humano de supervivencia bajo principios de civilidad, hace que mucha gente coexista con la intención de salir adelante y sobrevivir en los intrincados retos de una sociedad desarrollada aceleradamente. En Estados Unidos, por ejemplo, los inmigrantes de diferentes partes del mundo se adaptan a diferentes idiomas, trabajan, emprenden y aportan a la economía del país, abriendo, en mi opinión, las puertas para un mundo más tolerante y respetuoso entendiendo que el trabajo o negocio de uno depende de otro u otros y al coexistir el resultado es un beneficio muto y/o comunitario y al participar de su funcionamiento, crean, expanden y modifican la economía.

En este territorio llamado Estados Unidos, he percibido la coexistencia multicultural como un ejercicio positivo de sobrevivencia entre que incluye a los estadounidenses, que interactúan comercial y culturalmente con lo suyo, ofreciendo y trabajando con lo que tienen, adaptándolo a la cultura cambiante del país. Estados Unidos es un matráz donde se mezclan muchas culturas, practicando voluntaria o involuntariamente la coexistencia que se refleja en un mayor beneficio para más gente. Yo tenía una idea diferente acerca de este país, tengo que reconocer que la gente que llega al mismo, trae lo mejor de sus países: sueños, ideas, trabajo, estudios, creencias, y muchos otros sentimientos, haciendo del lugar donde vivimos un hermoso sitio con muchas posibilidades. Ejemplos y ejercicios de coexistencia hay en todo el mundo que podrían contagiar a otros lugares donde todavía el clasicismo y la segregación limitan el crecimiento humano. Aquí en EEUU, hay mucho por hacer por mejorar, también en el mundo en general, pero creo que aunque lentamente y con errores, vale la pena destacar los alcances y los esfuerzos que se hacen o que muchos hacemos para vivir en coexistencia.

En Seattle, Washington, puedes encontrar, búlgaros, italianos, mexicanos, chinos, irlandeses, rusos, cubanos, alemanes, puerto riqueños, salvadoreños, brasileños, somalíes, vietnamitas, egipcios, ecuatorianos, etc., coexixtiendo con su música, comida, ropa, festivales, celebraciones , religiones y más. Lo mejor es que muchos estadounidenses con mente y espíritu abierto, se acercan a culturas a las cuales ellos se sienten más atraídos. Puedes verlos aprendiendo idiomas, cocinando: sushi, tacos, spring rolls, banitsa, palachinki, etc. Los puedes ver tocando música latinoamericana y caribeña, explorando los tambores africanos, la rítmica de la India o cantando hermosas armonías del Este de Europa como Bulgaria, Croacia, Macedonia, etc. En los colores, comida, costumbres y creencias que cada cultura aporta al mosaico que es Estados Unidos, hay un reflejo de coexistencia y tolerancia que va abriendo el camino para un mundo más equitativo, justo e incluyente.

El mundo es hermoso y la gente es creativa, nosotros desarrollamos la cultura, la geografía es solo azar.  Sigamos abriendo y sembrando semillas de apoyo y coexistencia en el mundo para que las futuras generaciones eviten los errores que han causado tanto daño y dolor en el mundo. Recordemos que somos parte de este hermoso mundo, que no nos pertenece y que es mejor andarlo y explorarlo que dividirlo.